PAQUETAZO… ¿Para quién?

Parece frase del día: Este país es de todos, pero a juzgar por los resultados, es lo contrario y es que con el nuevo paquete económico es difícil saber si se busca el bienestar de los mexicanos o se intenta cubrir los intereses de unas cuantas personas.
Éstas personas se pueden encontrar en cualquier grupo político que diariamente lucha para contar con su tiendita fiscal.

El artículo 31 de la Constitución Mexicana dice: Son obligaciones de los mexicanos: Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del estado y municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes:

Mucho se habla de que los principales “guardianes de nuestro dinero” se encuentran en la Cámara de Diputados, pero así como en las religiones hay un Dios, aquí también existe un ser supremo digno de nombrarse.

Nos referimos a aquella dupla de Beatriz Paredes con gobernadores. La lógica dominante fue muy sencilla: aprobar lo que sea, incluido el incremento al IVA, con tal de garantizar más recursos para estas finísimas personas. Pero, como de película, existen otros personajes que necesitan reafirmar que son los protagonistas, estamos hablando nada más y nada menos que del Senado de asumir su papel de cámara revisora.

Pasan los años, se cambia la presidencia, pero los gobernadores poco a poco van reforzando su poder; poder que se extiende a las entidades, que eligen a jueces y magistrados y hasta toman decisiones en los organismos “autónomos”. Como resultado obtenemos que son el todo de los partidos y que hicieron lo necesario para que sus candidatos ganaran distritos, y como debe de ser, hoy tienen que pagar facturas.

Los gobernadores mandan y eso no es una buena noticia. El ejemplo más claro es aquél fenómeno llamado Peña Nieto, el cual ya vemos como presidente… Y mientras el poder de los gobernadores se desborda, el gobierno federal carece de la astucia, para frenar sus excesos.

El choque de intereses está llevando a una mala decisión. No falta mucho para que veamos en realidad quiénes jalaron más la cobija y quiénes nos quedamos descobijados; comprobaremos que mientras otros países enfrentan la recesión con una política fiscal que incentiva el crecimiento económico y el empleo, en México se exprime a los contribuyentes de siempre.

Hace un año, el presidente Calderón anunció que el país enfrentaría la dura situación económica. No obstante esperábamos buenas soluciones, pero las decisiones de los economistas no han sido las más acertadas; se han equivocado una y otra vez en los diagnósticos y en las recetas, pero los paganos somos nosotros.

El “paquete económico” parece condenado al fracaso. Tapará momentáneamente el hoyo tan profundo que han dejado la recesión, la caída de la renta petrolera, de las remesas que envían los migrantes mexicanos y las divisas del turismo, pero como todo, hay que esperar “el rebote” que sin duda dejará más frágiles las finanzas de las personas y las empresas.

Mientras que los partidos, insaciables, pelearán como lobos por ver quién recibirá más privilegios.

Y a todo esto… ¿Dónde quedó el bienestar de los Mexicanos?